Lo que hace una semana se había convertido en un terremoto político, ya parece un alegato a la desmemoria. La desmemoria de Miguel Arias Cañete, por ejemplo, que con el paso del tiempo ha olvidado cómo se hacían las aportaciones que realizaba a su plan de pensiones gestionado por una Sicav.
Dice Cañete que no lo recuerda porque han pasado 15 años. El mismo tiempo desde que Enrique Barón fuese presidente del Parlamento Europeo y él no solo se acuerda sino que justifica que este plan no solo estaba bien.
Una Sicav es legal sí. A pesar de estar domiciliada en Luxemburgo con su correspondiente ínfima tributación, sí. A pesar del oscurantismo bancario, sí; y a pesar de todo ello, según publica ‘Infolibre’; parte de los eurodiputados que se beneficiaron de ella ni siquiera aportaron el euro que le correspondía para engordar su fondo de pensiones.
Ya saben que por cada euro aportado, el europarlamentario recibía dos de dinero público en su fondo. Pues bien, según ‘Infolibre’, algunas señorías utilizaron la partida destinada a gastos de material, oficina o informática para alimentar un fondo de pensiones privado.
Quizás Enrique Barón hable de barbaridad porque no recuerda esta resolución del Parlamento Europeo del 24 de abril de 2007 sobre la gestión presupuestaria de 2005. Es decir, el tercio que los suscriptores tenían que aportar procedía directamente de las dietas para gastos. Algo que ya era una sospecha para la Eurocámara.
Algo corroborado por expertos en el funcionamiento interno del Parlamento Europeo. Unos fondos públicos que en los últimos días han hecho sonar una música en el Parlamento Europeo. Que parece haber provocado amnesia en algunos eurodiputados sobre la gestión del ya famoso plan de pensiones.
"No entienden lo que es una monarquía"
Gloria Campos, sobre el caos en el acto de los reyes y Meloni: "Es un chiste absoluto; no había un protocolo, sino un despropósito"
La experta en protocolo ha repasado cómo ha sido el paseillo y el posado oficial entre la primera ministra italiana y sus majestades, Felipe VI y Letizia, en el cual se han producido fallos graves.