Hace ocho meses llegó a un acuerdo para gestionar el restaurante que el magnate quiere abrir en el centro de Washington pero tras decir que por la frontera mexicana sólo llegan criminales y violadores, el cocinero ha roto el acuerdo.

"Están trayendo drogas, están trayendo crimen, son violadores y algunos, supongo, que son buenas personas", decía Donald Trump.

Estas declaraciones, según José Andrés, menosprecian a los inmigrantes y le hacen imposible seguir adelante con el restaurante de Trump.

De los 18 restaurantes que dirige en Estados Unidos, donde lleva más de dos décadas, más de la mitad del equipo son latinos como muchos de sus clientes y todos merecen un respeto.

Donal Trump explica que "no necesito el dinero de nadie", cuando es preguntado  si la demanda es por obtener algún tipo de beneficio.

No necesita el dinero de nadie, dice, pero por concepto de daños, tanto del alquiler perdido, firmado  por diez años, y por el engorro de buscar un nuevo inquilino Donald Trump le lleva a los tribunales porque asegura no tiene ningún derecho a poner fin al contrato.

Las redes sociales también han hablado y son centenares las personas que desde el otro lado y este del charco apoyan al asturiano.

La empresa de José Andrés asegura que han intentado negociar una solución amistosa y ven inmerecida aunque poco sorprendente la demanda.

La negativa del chef se suma a la lista de empresas como Univisión, NBC o Macy's, que han decidido romper sus vínculos con el magnate estadounidense.