Un ojo por ojo de manual, es lo sucedido en un pequeño municipio onubense de 8.000 habitantes que ya se ha cobrado dos víctimas mortales, la última el pasado miércoles. Esta historia arranca en mayo de 2020 cuando un hombre, José García, que padecía alzhéimer estaba en su finca de Rociana del Condado y arrancó a disparar a otro individuo, oriundo de la misma localidad, puesto que trataba de robar parte de la cosecha.

El supuesto ladrón murió y José García pasó un año en prisión provisional a espera de una sentencia firme que podría haber sido de 15 años de cárcel. Sin embargo, hace unas semanas el hijo del primer fallecido, un menor de 17 años, quiso tomarse la justicia por su mano y al encontrarse en una farmacia al supuesto asesino de su padre le propinó una paliza.

Ahora, el hijo de José García, que se llama igual, denuncia que los golpes recibidos han sido la causa de la muerte de su padre. De hecho, ha asegurado este martes en Más Vale Tarde que no le "cabe ninguna duda", puesto que su padre "estuvo en coma once días" con "derrames en la cabeza, toda la cara partida". Incluso asegura que las fotografías de su padre tras la violenta agresión "le levantan el estómago a cualquiera". No obstante, habrá que esperar a la autopsia.

Sobre lo sucedido hace ya cuatro años, García asegura que llevaban tiempo interponiendo denuncias porque la primera víctima "robaba a muchas personas, pero nadie sabía quién era". Entonces, "ese día coincidió que estaba allí trabajando y sucedió lo inevitable" ya que su difunto padre "tenía alzhéimer y tampoco discernía lo que hacía". Aunque, no llega a justificar estos actos puesto que considera que "no está bien desde luego" asegura que "una cosa no quita la otra".

"Era cuestión de tiempo que pasara", ha manifestado García que a su vez ha recordado que un año después de la muerte del padre del menor este le "amenazó de muerte" tanto a él, como a su padre. "Antes o después lo iba a matar", ha sentenciado.