Elparricida de Elche, de tan solo 15 años, ha confesado el crimen de toda su familia con tanto detalle que la investigación del caso ha concluido. Primero, disparó a su madre por la espalda, para después "rematarla", después persiguió a su hermano de diez años hasta asesinarle con otro disparo, y por último esperó durante cuatro horas a su padre para dispararle y asesinarle a su llegada a la casa. Uno de los motivos que podría haber desencadenado el enfado con su progenitora es que esta le había amenazado con no dejarle usar el Wifi ni la consola a modo de castigo por sus malas notas.

Pese a que sorprende que en su confesión a una vecina no mostró arrepentimiento o remordimientos por el crimen, la criminóloga Beatriz de Vicente cree que "su comportamiento es lo que menos ha de extrañar". Teniendo en cuenta que no hay todavía un informe psiquiátrico ni un informe de quienes explicarán qué le ha pasado a Santiago, la experta destaca os elementos a tener en cuenta.

"Al hablar de frialdad emocional, no se puede hablar de psicopatía o trastornos de personalidad en memores de edad porque no hay una personalidad cuajada, y de ahí que la responsabilidad penal sea menor", ha explicado. Así, cuenta que durante la etapa de crecimiento, el cerebro y todas las estructuras cerebrales, entre ellas en las que reside la moral y la ética, crecen. Esto explica, dice, por qué en muchas ocasiones en el ámbito adolescente con crímenes terribles nos sorprende la frialdad y el distanciamiento emocional, y eso es porque las estructuras no están formadas.

Del mismo modo, destaca que "no es menos cierto que en la casuística criminal hay muchos casos de menores que cometen crímenes bestiales y ni la enfermedad mental los explica ni una especial psicopatía".

Por otro lado, Beatriz de Vicente, comenta la posible obsesión del joven con su teléfono móvil, una adicción llamada nomofobia, que consiste en el terror de muchos adolescentes a no tener su teléfono móvil y a no estar conectados. Esto suele darse en jóvenes "introvertidos, con abaja autoestima, que se aíslan y que son muy dependientes de las redes sociales".

Su futuro

La experta también ha hablado de lo que podría sucederle al parricida, y advierte de que "los menores siempre son recuperables".

Por su edad, se enfrenta a un máximo de cinco años de medida de internamiento y tres de libertad vigilada. Además, quedará sin antecedentes.