En dos meses atracó dos sucursales bancarias en Griñon y Humanes y una joyería en Parla, en Madrid. Lo hizo a punta de pistola y con apariencia de tranquilidad, intentando no levantar sospechas. Por ello, se le imputan tres delitos de robo con intimidación y uno de tenencia ilícita de armas.

El hombre se fugó de la cárcel durante un permiso penitenciario. Desde entonces tenía una orden de búsqueda y captura, pero seguía delinquiendo. En esta última ocasión se hizo con un botín de 3.500 euros que la Policía localizó durante los registros en su domicilio. Finalmente, lograron detenerle de nuevo y volvió a ingresar en prisión.

Con 30 años tiene un largo historial de entrada y salida de prisión y es un tipo armado y peligroso. Acumula antecedentes desde antes de cumplir la mayoría de edad.