Entre los términos municipales murcianos de Cieza y Calasparra, se encuentra Cañón de Almadenes. Esta zona está catalogada como espacio natural protegido y en 'Un país para viajárselo' con Luis Calero ha hecho una excursión para conocer mejor una de las bellezas naturales de Murcia. Ahí se pueden encontrar pinturas rupestres de hace ocho mil años y un cañón con paredes de más de 100 metros de altura.

La excursión empieza en Calasparra, un pueblo con una amplia red hidrográfica, siendo el río Segura la más importante. Desde ahí se puede bajar a la parte donde el agua es más cristalina, así, recorrer el Cañón de Almadenes. Es un destino idóneo para todos los amantes de la naturaleza y el deporte. De ahí que bajar en kayak o hacer rafting, en definitiva rimando, sea una de las formas para disfrutar de este paraje.

Luis Calero, el periodista de Más Vale Tarde, descendió, junto con guías que conocen muy bien la zona, en una embarcación neumática. Salva, el guía que acompaña a Luis Calero, señala que es "uno de los parajes más bonitos de Murcia". "Es importante por su el entorno, la flora y la fauna que atesoran, pero también por su valor como patrimonio histórico con sus cuevas, pinturas rupestres, restos de neandertales", enumera Salva.

Después de rimar, la parada que esperaba al equipo es Abrigos del Pozo "o como se conoce ahí, la cueva de los monigotes". La explicación a este nombre, dice Salva, es "porque esas pinturas parecen como una especie de garabatos o monigotes, que en su día encontró un pastor". "Estas pinturas tienen más de 8.000 años de antigüedad", apunta.

¿Qué usaban para las pinturas rupestres?

Lo que principalmente usaban era arcilla o tierra que contiene un mineral, el de óxido de hierro, y eso "lo mezclaban con leche, huevo, grasa y miel". Dice Salva que es así es como se obtenía la pintura, y para pintar usaban el dedo como herramienta. Lo tenían pensado todo: para hacer algunos "trazos más finos usaban una pluma o ramas".