El psiquiatra forense José Cabrera asegura que aún no se puede determinar si el joven de 15 años que asesinó a sus padres y a su hermano en Elche tiene un trastorno de salud mental. Lo que sí demuestran sus hechos, explica, es que el menor "no tiene ninguna empatía afectiva ni sentimientos hacia las personas" contra las que ha cometido el crimen.

"El individuo sabe lo que hace, pero no tiene ningún sentimiento", indica el experto, que ha recordado que el menor esperó a su padre durante cinco horas para matarle tras haberlo hecho con su madre y su hermano, y posteriormente llevó una vida normal durante 72 horas e incluso realizó fotografías de los cadáveres.

Según indica Cabrera, no se puede hablar de psicosis, ya que el menor relata los hechos tal y como ocurrieron, y no añade elementos que impliquen alucinación o drogas: "Ese 'le cacé' es parte de la frialdad que este muchacho tiene ante esos seres humanos que ve como objetos que se interponen a su vida virtual".

No obstante, reitera que existe la posibilidad de reinserción, como ya ocurrió con otros asesinos como José Rabadán, más conocido como "el asesino de la catana", que acabó con la vida de sus padres y su hermano y ahora ha conseguido rehacer su vida y formar una familia.

El joven pasará 5 años en un centro especializado en el que recibirá terapia y tratamiento intensivo para tratar de conseguirlo. "Este muchacho al tener 15 años no tiene la personalidad acabada y tenemos un margen de ventaja hasta los 18 en el que incluso se puede modificar la afectividad del muchacho".

"Si esto ocurre con 22 años no hay nada que hacer, pero con 15 tenemos un margen de maniobra", ha indicado el experto, que ha asegurado que hay personas que pueden vivir con ello: "Estos hechos trágicos se archivan en la cabeza, tal y como reprimimos muchas cosas que no nos gustan, se esconden y si no se tocan no pasa nada".