El volcán de La Palma ha dejado a más de 300 personas sin su hogar, pero también a muchas otras que todavía no saben si perderán sus casas y sus negocios o si se salvarán de la lava. Una de estas familias es la de Pepote y Jessica, que han sido desalojados y viven estos días junto a sus hijos y dos abuelos en un autocaravana dentro de un garaje que les ha prestado otra familia.

"Tengo la lava a la vuelta de la esquina, como se ruede una curva ya pierdo mi casa", ha explicado Jessica, quien también teme por su negocio. Ella, cuenta, no se ha sentido capacitada para llegar a su casa y recoger algunas cosas. Además, no sabe hasta cuándo podrán estar viviendo así, en el vehículo: "Estamos consumiendo luz y agua, no sé cuanto tiempo nos van a dejar estar aquí", ha reconocido.