Totalmente desesperados al ver que su hija se estaba ahogando, unos padres pidieron ayuda en mitad de una cabalgata de Reyes en Málaga.
La menor se había atragantado con un caramelo y no podía respirar correctamente. En primer lugar, un policía municipal intervino y en cuestión de segundos también lo hizo Bárbara Muñoz, una enfermera que se encontraba en el lugar.
Más Vale Tarde ha hablado con ella, que ha explicado en directo cómo ocurrió todo.
"El padre fue valiente, intentó quitarle el caramelo que estaba dentro de la garganta, en cavidad bucal. Trató de darle varios golpes, pero no fueron efectivos y se fue directo a un policía", ha recordado.
"Yo estaba en la puerta de un bar, una amiga se percató de lo que estaba pasando y actué", ha contado.
Afortunadamente, todo quedó en un susto, pero para evitar que situaciones así vuelvan a repetirse, la enfermera ha explicado cómo hay que responder en estos casos.
"En primer lugar, la prevención es lo más importante, al niño menor de cuatro años no se le deberían dar caramelos porque, junto con los frutos secos, producen muchos atragantamientos", ha advertido.
"Hay que llamar al 112 y, si sabemos, actuar. Hay que abrir la boca del menor y comprobar, sin echarle la cabeza hacia atrás, siempre hacia adelante, o mirando recto, si tiene el objeto cercano y se puede extraer", ha destacado.
Según ha dicho, si se puede, hay que sacar el objeto. No obstante, si no es posible "lo mejor es no tocarlo y darle con la mano golpes secos entre las escápulas": "Deben ser cinco golpes secos como si no le fuese a doler porque lo más importante es quitar el atragantamiento".
Tras los golpes, como ha detallado Bárbara Muñoz, es preciso "hacer compresiones abdominales justo al inicio del estómago, bajo las costillas, si el niño es mayor de un año, es la maniobra de Heimlich". En caso de que sea menor, "se hace como cuando se practica una reanimación cardiopulmonar, golpes a nivel torácico".
"En el caso de esta niña, los primeros golpes interescapulares fueron suficientes", ha concluido.
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