Casi 384.000 peregrinos han completado este año el camino de Santiago, una cifra que hace batir récords a la ciudad gallega. Pero terminar el camino también conlleva una celebración que, en muchos casos, no se hace de la forma más correcta: ruido, suciedad y, en verano gente comiendo en ropa interior en plena plaza do Obradoiro. "Necesitamos que no se nos saque de esta tranquilidad", denuncia un vecino, que no se acostumbra a vivir con tanto turista irresponsable.

Lo mismo sucede en Barcelona, donde la Sagrada Familia se ha convertido en un "parque temático masificado" o en Madrid, donde existe un serio problema de viviendas, ya que buena parte de los pisos de la zona céntrica se destinan a alquileres turísticos. Ciudades en las que el comercio también se ha adaptado a las necesidades del turista.

Más Vale Sábado muestra en el reportaje que se encuentra sobre estas líneas la otra cara del turismo y da voz a los vecinos afectados.