No hacía mucho frío en Mingorrubio para ser noviembre, por lo que las bufandas (de España) eran más complemento que nunca. El Día de Todos los Santos fue también el día de todos los móviles, ya que no hubo flor en el panteón de Franco que no se saliera en una foto. "Me hace ilusión", afirmaba una mujer.

Jaime Martínez-Bordiú fue el primer Franco que visitó al dictador en su nueva tumba. "Somos muchos hermanos. No tengo ni idea de lo que han hecho. Seguramente es que casi todos están fuera de Madrid y yo dije que iba a traer unos ramos a los abuelos", contó a su llegada al cementerio, y a la pregunta de qué les parece que su abuelo esté en Mingorrubio, el nieto de Franco respondió: "No estamos muy contentos, pero bueno".

Nadie está muy contento en un cementerio, pero sí hay personas que se alegran de que Franco fuera exhumado del Valle de los Caídos. "¿Qué es lo que hay que recordar? Una persona que trajo 40 años de miseria a España. Que venga gente a alabar a un dictador es algo increíble, es como si se va a la gente alabar a Hitler", expresó un hombre, quien añadió que hace 40 años con lo que acababa de decir estaría "esposado y encarcelado".

La familia Franco quiere que el cementerio de Mingorrubio solo sea de paso, que el descanso no sea aquí eterno para el abuelo. "Yo ahora me voy a La Almudena, a la tumba de mis padres, ese es nuestro panteón familiar. Esto es una tumba de Estado", manifestó Jaime Martínez-Bordiú. Se quedarán seguro las flores y las fotos, los recuerdos y las ideas, que no marchitan mientras alguien las siga poniendo cara al sol.