La batalla por la igualdad en el deporte viene de lejos. La guerra abierta entre las futbolistas de la selección española y la RFEF es sólo el último capítulo de una larga lucha. Y que coincide con el 50 aniversario de la batalla de los sexos. El 20 de septiembre de 1973 la estadounidense Billie Jean King derrotó a Bobby Riggs en un partido de tenis después de que él afirmase que "las tenistas no tienen estabilidad emocional para ser deportistas y deberían restringir su actividad a la cama y a la cocina". Una frase, que además de ser horriblemente machista, cambió para siempre el mundo del tenis.

Bobby Riggs era en aquel momento una leyenda retirada del tenis. Y se oponía a cualquier igualdad entre tenistas. De hecho, para demostrar su superioridad retó en un partido a la tenista Margaret Court. Riggs se llevó la victoria y la calificó como "la masacre del día de la madre". Sin embargo, el ex tenista no tuvo suficiente con esa victoria y puso el ojo en Billie Jean King. La tenista estadounidense era la número uno del mundo. Y además, era feminista y una de las mujeres que había conseguido la igualdad salarial en el abierto de Estados Unidos. Ella aceptó el partido, a pesar de tener que aguantar todas las barbaridades que dijo Riggs durante la rueda de prensa previa al encuentro. Llegó a decir que: "Sabemos que no hay manera de que una mujer pueda jugar al tenis con un buen tenista, pero hace de este partido una masa crítica que lo convierte en la atracción que es. Esto no es sólo un partido de tenis, es una batalla de la sexos". Antes de disputar el encuentro, la tenista confesó que "el movimiento de las mujeres está mejorando la vida de las personas". Mientras que Riggs afirmó que intentaría "ganar por todos los hombres del mundo que sienten que el hombre es el rey".

El partido se disputó en el Astódromo de Houston. En un estadio abarrotado con cerca de 30.000 espectadores. Y 90 millones disfrutaron del encuentro a través de la televisión. Billie Jean King entro a la pista cual Cleopatra alzada por cuatro hombres. Y Riggs lo hizo montada en un carruaje rodeado de modelos. Ambos se intercambiaron regalos. Él le entregó una piruleta de la marca Sugar Daddy y ella a él un cerdo. El partido de tenis no tuvo mucha emoción, más allá del morbo de saber quién iba a aganar. El tenista era "tan superior"... que terminó perdiendo. Billie Jean King ganó en tres sets, 6-4, 6-3 y 6-3. Y el propio Riggs acabó reconociendo que la había subestimado. Aquel fue un día en el que las cosas empezaron a cambiar para las deportistas, a pesar del bochorno que estamos viendo en los últimos días.