El Alto Representante de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, ha advertido sobre el peligro inminente de una gran guerra en Europa, reflejando la creciente tensión en la región. Estas preocupaciones se reflejan especialmente en Finlandia, país que ha estado preparándose para un posible ataque ruso desde la década de 1960.

Con una red de 50.500 refugios nucleares dispersos por todo el país, Finlandia se destaca como uno de los países mejor preparados para hacer frente a una crisis bélica. Estos refugios, obligatorios por ley en edificaciones de más de 4.000 metros cuadrados, no solo están diseñados para proteger a la población de un ataque nuclear, sino también para brindar comodidades durante tiempos de paz.

Un ejemplo es el búnker de Merihaka, el más grande de Finlandia, que actualmente se utiliza para actividades recreativas como fútbol sala, gimnasio y piscina. El gobierno alquila estas instalaciones durante la paz para mantener los bunkers en óptimas condiciones, con la capacidad de albergar hasta 6.000 personas en caso de emergencia, con suministros para tres semanas.

La seguridad de estos refugios se ve reforzada con puertas blindadas de doble capa, capaces de soportar una explosión nuclear y aislar los gases tóxicos. Además, Finlandia cuenta con un avanzado sistema de alerta que informa a la población sobre posibles ataques a través de radio, televisión, sirenas y mensajes en dispositivos móviles.

El país escandinavo aplica un 'Plan de Defensa Total', que involucra a todo el Estado en la preparación para la guerra, desde la construcción de puentes que pueden ser detonados hasta la adaptación de carreteras para convertirlas en aeropuertos improvisados.