A Rafael le salió muy caro no chequear su coche de segunda mano antes de comprarlo por 6.000 euros. "El primer fin de semana que yo tenía el coche fui de viaje con mi hija de ocho años a Sevilla y al adelantar a un coche perdí potencia, no me reaccionaba el coche", recuerda, a lo que añade: "Pisaba el acelerador y no pasaba de 70, y justo me vino un coche de frente; mi hija se echó a llorar porque íbamos a tener un accidente, pero pasamos rozando prácticamente".

María José, su mujer, cuenta que el vendedor les transmitió "mucha confianza". Sin embargo, nada más salir de la nave donde habían comprado el vehículo, "saltó el testigo de fallo del motor". Sin embargo, Carlos, el vendedor, les dijo que no se preocupasen, que eso se debía a una "autoregeneración del vehículo". Como no se fiaban, el matrimonio llevó el coche a la casa oficial, "y cuando le metieron al aparatito de la diagnosis, saltaron todas las luces". "Era impresionante. Tenía de todo. Y a raíz de eso nos fueron saliendo luego otras averías", relata María José.