La asociación Mahasandhi funcionaba como una especie secta. Durante la celebración de los actos y cursos que organizaban, instalan urnas y pedían a sus seguidores donativos para el Tíbet. Además, organizaban cenas benéficas para recaudar más fondos. El antiguo seguidor relata en Equipo de Investigación que se han organizado cenas para recaudar fondos que, supuestamente, iban a parar "a varios monjes budistas en la India". "Cada uno pagaba su cubierto y tal, pero se pagaba más de lo que valía al cubierto", lamenta.

Calcula haber hecho inversiones de entre 250.000 y 300.000 euros para la asociación. Pese a la importante cifra, explica que "lo del bolsillo es lo de menos porque te la está metiendo en tu mente y en tu corazón, te está robando tu energía, te está robando tu identidad y te está dejando más débil que nunca, pero tú no te das cuenta". Es ahí, según explica, "cuando te quita todos los apoyos de alrededor, cuando te das cuenta de que estás solo, estás perdido y económicamente a cero".