Los países con salarios más bajos son el mayor caladero de entrenadores de ChatGPT. Un extrabajador de una subcontrata de Open AI en Nairobi accede a hablar con Equipo de Investigación y revela las deplorables condiciones laborales que tenía que soportar: "Trabajamos durante nueve horas sin descanso y estábamos encerrados en una habitación pequeña porque la compañía creía que este contenido era sensible y era mejor que no se nos viera; la habitación no estaba ventilada, ni tenía ventadas".

Así, subraya que su salario era de "0,85 dólares la hora". "Mi trabajo consistía en limpiar de ChatGPT textos que tocan contenidos de violencia y discursos de odio y contenidos sexuales. Hay personas que podrían pedirle algo muy loco, como terrorismo o asesinatos. El peor texto ha sido sobre necrofilia o abusos a menores", reconoce el extrabajador, quien confiesa que ha tenido "problemas mentales y depresión". "Y no solo me ha afectado a mí, sino también a otros compañeros que trabajaron en el proyecto", añade.