El neurocientífico Jan M. Ramírez explica que comisiones de pediatras llegaron alertados al centro de investigación, pidiendo explicaciones de cómo afectaban las tecnologías al cerebro de los niños. Y es que el uso de pantallas afecta al desarrollo cognitivo de los más pequeños.

Para ver los cambios de conducta y ver dónde se producen las alteraciones en el cerebro, los científicos utilizan ratones. Quieren comprobar qué cambios de conducta tienen y si les afecta para el resto de su vida.

Los animales, de tan sólo 10 días de vida, son expuestos a una "fiesta audiovisual" de luz y sonido durante seis horas diarias, 42 días, tiempo en el que procesan los estímulos como algo normal. "Muchos bebés son expuestos a ruidos parecidos cuando ni siquiera entienden la actividad cognitiva", asegura.

Tras esta exposición, comparan su comportamiento con el de unos roedores que no han sido expuestos a este bombardeo de luces y música.

Lo que ven los expertos son efectos en la memoria, en el aprendizaje, en la hiperactividad y en la pasividad. Jan M. Ramírez recomienda su limitación y "seguir viviendo en el mundo real".

Otros momentos destacados

Tristan Harris es un extrabajador de Google que ahora dirige el 'Center for human technology', que se dedica a enseñar a usar la tecnología de forma responsable. Él mismo reconoce a Jalis de la Serna que "las tecnológicas trabajan para secuestrar nuestras mentes".

Ante esta incursión de la tecnología en todos los aspectos de nuestra vida han surgido movimientos en contra y Enviado Especial habla con un activista que revolucionó San Francisco con sus carteles de 'prohibido usar móviles'. Ahora ha creado unas gafas de sol que bloquean las pantallas.

Existen ya centros de rehabilitación para tratar la adicción a la tecnología y varios jóvenes cuentan sus casos en Enviado Especial. Tras la terapia se muestran optimistas y trabajan para aprender a controlar y gestionar su tiempo con la tecnología.