En el quinto día como el jefe infiltrado, por fin, el jefe puede desvelar su identidad. Además, es el momento en el que confiesa a sus empleados todos los fallos que ha visto mientras ha trabajado con ellos. Es el caso de Flor, quien trabaja en la heladería más antigua de la compañía. "Es nuestro buque insignia y hay muchos fallos", afirma el jefe infiltrado a Flor, a la que le desvela qué fue lo que le dejó más preocupado.

"Lo que más me ha preocupado es cómo tratas el mostrador, es inadmisible", afirma el jefe infiltrado, que continúa criticando algunas aspectos del trabajo de la dependienta: "El helado de fresa lo tenias derretido en el mostrador, ¿crees que hace justicia con la empresa? ese helado era un ahuyenta clientes y eso es inadmisible".

Sin embargo, el jefe también valora los aspectos positivos de su empleada y, por ello, la premia con un viaje con su hijo y su padre a una de las mejores estaciones invernales de los Pirineos: "No es fácil ser madre soltera con un niño de 4 años y lo que me has contado de tu padre me llegó al alma".