España está sumergida de lleno en la sexta ola de la pandemia y esto se está dejando notar en el mercado laboral.

La explosión de contagios que ha generado la nueva variante del coronavirus, ómicron, ha provocado que las bajas se tripliquen en diciembre.

Según los datos aportados por el Ministerio de Seguridad Social, del 1 al 30 de noviembre se dieron 75.861 bajas, mientras que hasta el 23 de diciembre se notificaron 240.011. Unos datos que se han disparado en solo tres semanas porque aún falta el recuento desde el día 24.

Lo que sí ha descendido es la duración media de estas bajas. En noviembre fue de 12,6 días, mientras que en las tres primeras semanas de diciembre fue de 9,96 días.

Y es que ómicron ha provocado que la incidencia se dispare. Los últimos datos aportados por el Ministerio de Sanidad indican que la incidencia acumulada (IA) se sitúa en los 2.433,94 casos por cada 100.000 habitantes, 138,14 puntos más que la jornada anterior.

Pero esta situación no se está dando solo en nuestro país. Cuatro hospitales del condado inglés de Lincolnshire se han declarado en situación de emergencia y limitado algunos serviciosdebido a una escasez de personal provocada por los contagios.

También el sector de la hostelería y el comercio minorista del Reino Unido han advertido de que afrontan numerosas bajas debido a los confinamientos por COVID y avisan de que muchos establecimientos podrían tener que cerrar.

Estas bajas también se están notando en los supermercados de Australia, donde hay estantes vacíos. En lugar de productos hay carteles que anuncian el impacto de esta nueva variante. Con los reponedores enfermos apenas tienen mano de obra, ni distribuidores para abastecer los establecimientos.

Un problema aún peor en la industria cárnica, donde muchos empleados viven juntos y si uno se contagia, el resto tiene que aislarse también. Por eso reclaman que se les hagan test de antígenos a diario para administrar la cadena de suministros de alimentos.

En Estados Unidos han marcado el récord absoluto de la pandemia con al menos un millón de contagios el lunes. Allí también sufren las bajas de los sanitarios y hay camas vacías en los hospitales que no pueden ocupar porque no tienen cómo atenderlas.