Un tatuaje en la muñeca fue la pista que llevó al FBI a detener a David, la expareja de Ana María Knezevic, la mujer estadounidense desaparecida en Madrid. Las imágenes de las cámaras de seguridad le habrían captado ocultándose tras un casco de moto e incluso rociando con spray las cámaras de su vivienda.
La primera prueba contra David son las imágenes que grabaron las cámaras de seguridad de la vivienda de Ana María. Horas antes de desaparecer sin dejar rastro el 2 de febrero, alguien, oculto con un casco de moto, roció con spray negro la cámara del telefonillo del portal y una cámara interior. Pero esas cámaras sí que grabaron la muñeca del hombre que utilizó el spray, una zona en la que llevaba un tatuaje, el mismo que tiene el detenido.
Ese hombre, según los investigadores, se correspondería, por fisionomía y tamaño con David, lo que hace que sumen una segunda evidencia. La tercera prueba la obtuvo la Policía en una ferretería cercana a la vivienda, donde de nuevo una cámara grabó a David comprando el spray de pintura.
Según el diario 'Caso Abierto', David habría recorrido media Europa en un coche de alquiler, concretamente 2.600 kilómetros, entre Belgrado y Madrid, para hacer desaparecer a Ana María. En ese viaje también habría sido grabado por una cámara de tráfico.
Para la familia de Ana María, David ha sido el único y principal sospechoso. El hombre se ha declarado inocente, pero ni ha colaborado en los interrogatorios del FBI ni quiso someterse a la prueba del polígrafo. Ana María huyó a Madrid tras un proceso de divorcio complejo en el que ambos no se pusieron de acuerdo en el aspecto económico.
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