Cuando llamaron a Paulino de una clínica privada de Madrid para hacerse unas pruebas para la vista pensó que se trataba de una broma. "Lo que más extraño me pareció es que me llamara La Recoleta; yo estaba esperando que me llamaran del Virgen de la Luz", explica Paulino.
Sin embargo, quería hacérselas rápidamente y, por ello, aceptó. El problema llegó cuando acudió a hacerse las pruebas. De las tres, sólo le hicieron una. Tuvo que volver de nuevo. "De segunda vez se me hizo todo, pero fueron otros 700 kilómetros. En total, 1.400 kilómetros para hacerme una prueba de visión", añade Paulino.
Toda esta situación por la degradación del servicio de neurofisiología del Hospital Virgen de la Luz de Cuenca. Ahora en manos de la Clínica Recoletas, que a su vez se lo ha adjudicado a otro centro privado.
Puede resultar muy rentable para empresas privadas ceder datos de pacientes usuarios, porque el cliente ya lo tienen hecho ", David Verdegay, Asociación Madrileña de Enfermería (AME).
Victoria, otra de las pacientes afectadas por este traspaso de datos, descubrió que la clínica Los Madroños, en Brunete, tenían toda la información sobre ella. "La prueba que necesitaba, mi nombre y desde cuándo estaba esperando a hacérmela", asegura la paciente.
Le ofrecieron desplazamiento gratuito a costa del Hospital de Fuenlabrada. "Me dijeron que no me preocupara de nada, que podían facilitarme un autobús", declara Victoria.
Las comunidades de Madrid y Castilla-La Mancha argumentan que estas situaciones no se deben más que a fugas de datos puntuales ya subsanadas.
Sin embargo, FACUA denuncia, ante la Agencia Española de Protección de Datos, que estos casos se producen en más hospitales. Ponen de ejemplo el complejo sanitario de San Pedro, en Logroño; o el Arrixaca y el Reina Sofía, ambos centros localizados en Murcia.
Datos personales y no transferibles, recuerdan. En la cesión de datos, el paciente siempre debe dar el consentimiento.