El dispositivo de búsqueda del buque Ángeles Alvariño continúa sin descanso. Tras el hallazgo de un cuerpo en la tarde de este jueves que, a falta de la confirmación oficial, con toda seguridad es de Olivia —la mayor de las hijas secuestradas por Tomás Gimeno—, ahora la investigación se centra en los alrededores de la costa de Tenerife.

La intención en estos momentos es encontrar el cuerpo de la pequeña, Anna, así como del propio Gimeno. Tal y como muestra el recorrido del barco, que sigue rastreando, la búsqueda se está efectuando a unas 2 millas de la costa. Y, equipado con un radar de barrido lateral y un robot marino, trabajará durante 24 horas y 7 días a la semana, debido a que el hallazgo del cuerpo ha trastocado los planes de la investigación.

En este sentido, estaba previsto que la búsqueda terminase el pasado martes, pero justo un día antes, el 7 de junio, la Guardia Civil dio con una bombona de aire comprimido, así como una funda nórdica, cuya propiedad pertenecía a Tomás Gimeno. A raíz de este hecho, se amplió el trabajo del barco, inicialmente, hasta este domingo, pero con el hallazgo del cuerpo de Olivia ahora se prevé que no haya una fecha fin hasta que aparezcan su padre y su hermana.

Ahora bien, no hay constancia de que el cuerpo de Tomás Gimeno pueda estar en el mismo lugar que en el de Olivia. Después de que saltara la noticia, las autoridades judiciales desmintieron rápidamente que el cuerpo de la otra niña y del padre hubiesen aparecido. Es algo que todavía no se ha confirmado, más allá de que se trate de la última zona en la que las autoridades han geolocalizado el teléfono del progenitor.

La hipótesis de la fuga nunca estuvo sobre la mesa

Según explica Leo Álvarez, periodista de laSexta, la investigación siempre tuvo claro que el desenlace del caso iba a ser en el mar: "La hipótesis de huida no encajaba con lo que estaba sucediendo ni con lo que estaban viendo los investigadores desde el minuto uno". Aun así, también recuerda que es cierto que se barajaba la posibilidad de que Gimeno se hubiera marchado a algún lugar con las niñas.

La Policía ha hecho todo tipo de investigaciones, desde el rastreo de la casa del padre hasta el movimiento de sus cuentas bancarias, con el fin de dar con algún indicio de vida de los tres. No obstante, se trata de una hipótesis que nunca ha tenido peso, porque desde el principio se procedió a la búsqueda de los cuerpos en el mar.

La razón radica en que, según Álvarez, a pesar de que se sabía que Gimeno es una persona estable económicamente, "no tenía contactos fuera, no tenía recursos fuera". Habría necesitado cómplices, un hecho "demasiado complejo" que no habría encajado.

Los pasos a seguir

Tras el hallazgo del cuerpo de Olivia, además de la confirmación oficial por parte del equipo forense, todavía hay una serie de pasos que se deben seguir. En este sentido, lo primero de todo es el cotejo de ADN: el cuerpo hallado a casi 1000 metros de profundidad cumplía todas las complexiones físicas de Olivia, pero es fundamental confirmar científicamente que se trata de ella.

El siguiente paso es la autopsia. A pesar de que hayan pasado 44 días desde que se produjo el secuestro, y presuntamente el asesinato, la información que se pueda extraer del cuerpo puede arrojar luz sobre el caso. Especialmente, con respecto a ciertos movimientos de Tomás Gimeno, así como la forma en la que se perpetró el asesinato.

En cualquier caso, se trata de una línea de trabajo paralela a la búsqueda. En estos momentos, la prioridad es hallar los cuerpos de Tomás Gimeno y Anna, cuyo paradero sigue siendo una incógnita. Las hipótesis que baraja la policía, según Álvarez, indican que es poco probable que el padre escondiera el cuerpo de la pequeña en una zona alejada de la de su hermana, algo que se espera confirmar en los próximos días con la ampliación del rastreo.

Una búsqueda en zona complicada

El buque gallego, a pesar de que trabaja sin descanso, se enfrenta a grandes dificultades, especialmente por la geografía del archipiélago. Esto se debe a que la isla "no tiene plataforma continental y hay caídas muy abruptas desde la costa hasta el fondo del mar, hasta de 1.000 metros de profundidad", según explica la periodista de laSexta Pepa Romero.

Además, hay muchos desniveles que pueden saltar de los 300 a los 700 metros y se trata de "una zona muy acotada con muchos recovecos y cuevas", lo que dificulta las labores de búsqueda.