Las restricciones que ha traído la sequía en Cataluña han disparado la demanda de empresas dedicadas al llenado de piscinas con agua de mar. "Hemos triplicado el número de clientes. Nos contactan hoteles, campings, urbanizaciones y particulares para que les llevemos agua de mar en nuestros camiones cisterna. El año pasado ya empezamos a tener clientes que solicitaban este servicios, pero en esta temporada estamos viendo un enorme crecimiento", ha explicado Judit Puig, socia y fundadora de la empresa Aquamarina Costa Brava a laSexta.

En el plan de Emergencia puesto en marcha en Cataluña se incluye la prohibición de llenar piscinas, con la única excepción de las que forman parte de los equipamientos deportivos de la propia Generalitat. Esta restricción ha puesto en jaque a multitud de negocios turísticos, que están confiando en el agua de mar para salvar la temporada y no perder turistas.

El problema es que la legislación exige que las piscinas que usen agua de mar no recurran a la red de abastecimiento del agua dulce, la de uso general, para evitar dañarla. Y si no tienen los dos sistemas segregados, se ven obligadas a contratar camiones cisterna tanto para el llenado como para el vaciado.

Además, las depuradoras que usan muchas piscinas con agua salada no pueden con el agua de mar porque tiene una concentración mucho mayor. El agua dulce salada artificialmente (la que suelen usar las piscinas) tiene una concentración que puede ser hasta 15 veces mayor que la del agua de mar.

Los sistemas de depuración pueden sufrir una rápida corrosión. La alternativa sería utilizar pastillas de cloro, aunque esta solución no sirve para todo tipo de piscinas. "En cada caso hay que hacer un presupuesto diferente y ver si la instalación está preparada", explica Judit Puig. "Siempre aconsejamos que hablen con un instalador o experto que asesores y vea si pueden o no cumplir con la legislación". Una solución de demanda creciente pero que no está al alcance de todo el mundo.