Romano Riberto nos abre las puertas de la parroquia donde ahora pasa los días. Cumple un mes en libertad pero sigue sin tener adonde ir: "Te tiran sin un duro y tardan siete u ocho semanas hasta que te ingresan los 423 euros".

Ha pasado 12 años y 8 meses en prisión por tres agresiones sexuales, sólo le han absuelto de una de ellas: "Hay pruebas científicas y pruebas forenses que demuestran que tanto las víctimas como los testigos se han equivocado",

Y por eso pasa de la esperanza a la desespespenza: "En España no hay justicia". Todavía recuerda su primer día en prisión: nada más entrar recibió una brutal paliza y pasó tres semanas en la enfermería: "No se lo deseo ni a mi peor enemigo".

Lamenta haber destruido su familia porque ya pasaron por una situación parecida: "No he sido un santo pero no soy un violador, a mi madre se lo hicieron". Ahora en Mallorca siente el ánimo y el cariño de la gente. Todos se han prestado a poner estos carteles para ayudarle.


Sus abogados van a reabrir el caso para que Romano sea absuelto de las otras dos violaciones. Para ello están preparando ya un recurso de revisión.