Sereno, pero mostrando su enfado. Así ha salido Romano de la prisión después de haber estado 12 años encarcelado. "No puede ser que ahora me suelten a la calle. Sólo tengo dos bolsas con papeles y yo tenía de todo cuando fui detenido".

Desde el primer momento este ciudadano holandés proclamó su inocencia. Ahora lamenta el tiempo que ha perdido encerrado entre rejas. "No hay dinero que me devuelva a mi padre que falleció y no pude estar a su lado. Dejé a mi hija con un año y ahora tiene 15".

Fue condenado en 2003 por la Audiencia Provincial de Málaga por tres violaciones que asegura no cometió. Desde entonces su vida ha sido un calvario y de momento sólo ha podido ser absuelto de una de ellas. "Ha sido durísimo, no se lo deseo ni a mi peor enemigo. He pensado en suicidarme en más de una ocasión", ha declarado a su salida de prisión. 

Finalmente, el Supremo admitió a trámite unas pruebas de ADN que confirmaban que una de las agresiones la cometió otro ciudadano británico que ya esta en una cárcel de Reino Unido por violaciones anteriores.

Este auto dictado por el juez ya ordenaba su libertad en 2013, pero no ha podido hacerse efectivo hasta ahora porque, según su abogado, faltaban unos documentos de la Policía cientifica. Romano no se marchará a su país hasta que limpie su nombre y se haga Justicia.