Se vende leche materna para bebés de parejas homosexuales. Es la revolucionaria oferta de una enfermera francesa de 29 años en un portal de anuncios. Sus principales 'compradores' son parejas homosexuales que no tienen la oportunidad de amamantar a sus bebés, y la lactancia les ayuda a estar más sanos.
Y ella les ayuda. Por 20 euros la hora, 100 la jornada o 500 la semana. Honorarios más que suficientes para levantar el revuelo en Francia que acaba de estenar el matrimonio homosexual envuelto en fuertes protestas.
En España la cosa cambia. Es el caso de Irene. Y sí, dona su leche. La que no aprovecha su bebé de 8 meses. Pero su caso es diferente. Porque lo hace de manera altruista. "Yo no entiendo que haya quien comercialice con ésto", explica.
Y lo hace de la única manera que en España se aconseja hacer esta práctica que antiguamente hacían las nodrizas, a través de un banco de leche. "No es aconsejable ni alquilar ni comprar leche por internet. Hay que llevar controles. La leche es un producto biológico que puede conducir a enfermedades", advierte una doctora del Hospital 12 de Octubre.
En España solo hay siete bancos de leche públicos. Funcionan de manera similar a los bancos de sangre. El más antiguo sólo lleva 12 años en funcionamiento. De momento, la leche llega a cuentagoas, es un bien escaso que hay que gestionar.
No existe en España una legislación específica para la leche materna donada, si se contempla dentro de la existente para productos biológicos no sería legal.