La cocaína rosa es una sustancia cuyo consumo se ha popularizado en los últimos años en festivales, raves y discotecas y muchos se estarán preguntando exactamente de qué está compuesta la droga. A diferencia de lo que indica el nombre, realmente esta sustancia no contiene cocaína.

Se trata de una mezcla de sustancias estimulantes, depresoras y psicodélicas, en forma de polvo, generalmente rosa. Aunque también se puede encontrar de otros colores o en forma de pastilla. Cabe señalar que esta sustancia además, de 'cocaína rosa', cuenta con numerosos nombres como tusibí, tusi, tussy, tussi y polvo rosa.

Energy Control, un programa que se dedica a analizar drogas y estupefacientes, descubrió al analizar la cocaína rosa, realmente no contiene cocaína. Concretamente, encontraron que la mayoría de muestras contenían colorante, que le da ese color rosa, ketamina (un anestésico que se usaba para caballos y se dejó de usar porque inducía a efectos alucinógenos), y sustancias estimulantes como la cafeína o empatógenas como la MDMA.

Además, en algunas de las muestras analizadas, en menor medida, también se han registrado NPS (Nuevas Sustancias Psicoactivas) o incluso fármacos como el paracetamol. En muy pocas ocasiones se han encontrado trazas de cocaína o el 2C-B, una feniletilamina, emparentada con las anfetaminas.

Además, es una droga muy adictiva, que altera los procesos perceptivos y cognoscitivos, dando lugar a alucinaciones. Sin embargo, la gran variabilidad en la composición y concentraciones de estas sustancias sustancias supone que los efectos pueden ser impredecibles y muy distintos. En algunos casos puede ser más disociativos cuando contiene ketamina o más estimulantes si contiene MDMA y/o cafeína.

Su precio puede superar al de la cocaína, por lo que una pequeña cantidad tiene mucho valor en el mercado de la droga. Concretamente, el gramo cuesta entre 80 y 100 euros.

Un experto, sobre el tusi: "No es cocaína, tiene efectos de distorsión de la realidad"

Guillermo Burillo, catedrático de Urgencias en la Universidad Europea explica que lo alarmante del 'tusi', la droga conocida como 'cocaína rosa' es su "imprevisibilidad porque, aunque su popularidad va en aumento, los profesionales médicos en las urgencias hospitalarias aún carecen de métodos confiables para detectarla".

"A diferencia de la cocaína, con la que se ha confundido erróneamente en algunos casos, el 2C-B es una fenitelamina con propiedades disociativas y distorsionadoras de la realidad y se trata de una sustancia derivada o parecida al LSD", añade el experto. Asimismo, indica que es una molécula diferente con un mecanismo de acción distinto ya que la cocaína actúa como estimulante y anestésico mientras que el 'tusi' tiene efectos de distorsión de la realidad y disociativos".

El 'tusi', la droga conocida como 'cocaína rosa' se caracteriza por su imprevisibilidad porque, aunque su popularidad va en aumento, los profesionales médicos en las urgencias hospitalarias aún carecen de métodos confiables para detectarla

Guillermo Burillo, catedrático de la Universidad Europea

Los orígenes de esta sustancia se remontan a 1974 cuando se sintetizó por primera vez, aunque su presencia en el mercado español ha cobrado relevancia a partir del año 2010, cuando se ha ido extendiendo en ambientes nocturnos y festivales de música.

Por otra parte, la combinación del 2C-B con otras sustancias suele ser común, "lo que complica aún más su detección y los efectos que puede tener entre los consumidores de la misma", sostiene Borrillo quien advierte que "cualquier dosis puede ser peligrosa porque los viajes psicodélicos que produce no están muy claros, especialmente en la gente joven". Además, "una cosa es lo que se compra y otra es el producto que realmente lleva la sustancia dentro".

Por último y sobre los efectos agudos, suelen ser de tipo psicodélico con distorsión de la realidad y alteraciones en la percepción mientras que los efectos crónicos no están bien establecidos. De hecho, se plantea su uso como fármaco bajo control médico", asegura, quien finaliza explicando que a esta droga "se le ha dado un marketing para que se considere una droga de lujo, pero su precio real es muy inferior al que se está vendiendo", concluye el catedrático.