Tres meses después de que la familia de Carlos comprara a Lino, a este cachorro de labrador le empezaron a fallar las extremidades y más tarde a penas podía mantenerse en pie, por lo que tuvieron que sacrificarle.

Carlos afirma que desde la tienda no le ofrecieron ayuda y, tras investigar, encontró varias denuncias contra ellos, incluso, una petición de cierre en Change.org. Por eso, les va a denunciar. "La denuncia que pongo no es para recuperar el dinero, sino porque veo que la gente está traficando con vidas y sentimientos y eso no se puede consentir".

Desde la protectora Anaa persiguen este tráfico de animales. Denuncian que tras muchos de estos negocios hay organizaciones criminales que tienen a animales viviendo entre excrementos, cachorros con las cuerdas vocales cortadas e incluso, algunos, como éste, congelados.

Además, recogen a muchos de estos cachorros asustados y desnutridos que rescatan Policía y Guardia Civil. "Estos criadores crían con animales enfermos que saben que sus crías van a heredar estas enfermedades", destaca la responsable de denuncias de la protectora, Conny Duarte, quien denuncia que, además, "a las hembras se las sobreexplota".

Por ejemplo, Lagos es un perro de cinco años al que le han tenido que extraer una cadena de tumores que no le habían tratado para sobreexplotarla para la cría. Por eso, desde esta asociación critican que la gente siga comprando mascotas. "Tras el perrito en la tienda con un lacito, lo que hay detrás es toda una situación de crueldad". Por todo ello, animan a adoptar a animales (respiro) a los que la vida les ha dado una nueva oportunidad.