Cada vez que salía de
prisión tras quebrantar la orden de alejamiento, Vanesa asegura que recibía
fotografías con besos de su expareja y presunto maltratador y mensajes amenazantes: "Llevaba sin tomar café por tu culpa meses, pero me lo voy a cobrar. Te veo. Sé
dónde estás siempre".
Ella dice que se sintió completamente
desprotegida a pesar de haber interpuesto ocho denuncias y tener multitud de
pruebas como una carta que presuntamente escribió desde prisión: "Si vuelvo a
la cárcel estás muerta, así que cállate, ama, perdona y olvida, jefa".
"No se pueden tomar a
broma amenazas donde dice que me va a matar", explica. Cuando la estaban
golpeando y echando pegamento por el pubis esto es lo que escuchó de su
presunto agresor: "Mi reina ya te dije que una pulsera (telemática) no te iba a
salvar".
El acusado acudió al
registro de su vivienda y la bodega donde presuntamente la agredieron y el juez
ha decretado su ingreso en prisión provisional. De las 34 víctimas por violencia machista en lo
que va de año, 14 habían denunciado.
"Es un toque de atención
para que analicemos que está sucediendo y veamos cómo se están aplicando las
distintas leyes", explica Yolanda Besteiro, presidenta de la asociación 'Mujeres
Progresistas'. Porque hay que impedir que mujeres como Vanesa, piensen que el
día que denunció firmó su sentencia de muerte.