En medio de un clima de odio y segregación, el día a día en Alsasua está muy lejos de la normalidad según describe la novia de uno de los agentes agredidos.

"Lo que dicen es: 'Perro, vete al monte'. Yo no puedo salir ni a comprar una barra de pan. Me da miedo, me provoca ansiedad y me cago, y estamos dentro de España y eso no debería de pasar", afirmó en su declaración.

En su relato ante la jueza, Pilar cuenta la violencia con la que los encapuchados agredieron con puñetazos y patadas a los dos guardias civiles.

"Que yo dije: 'Como nos quedemos aquí, nos matan'. Si Álvaro no llega a coger al teniente, allí lo matan. Daban en la cabeza, es que una patada mal dada en la cabeza...", detalla la joven.

Desde la agresión sus padres, que regentan un bar en la localidad, también son víctimas de las amenazas. "Han puesto una pancarta en la puerta por donde entran mis padres al bar que ponía: 'Fuera de aquí, no más detenciones'".

El sargento agredido narra el aislamiento social que sufren y el miedo de la población a juntarse con los agentes. "Dicen: 'Mira, yo no puede manifestar públicamente en contra de la gente que va en contra vuestra porque tenemos niños en el colegio, establecimientos, tiendas, coches en la calle...'. Aquí lo que impera desde hace muchos años es la ley del silencio".

Un Alsasua dividido en dos y donde, según los testimonios, los insultos y las presiones son el pan de cada día.