Víctimas de la pederastia durante la infancia, principalmente en el seno de la Iglesia Católica pero también en otros ámbitos de la sociedad, han destacado hoy la necesidad de que estos delitos no prescriban y que mejore la prevención, detección y acompañamiento a los supervivientes.
En la sesión de la Comisión de Investigación sobre la Pederastia en la Iglesia, que se ha celebrado este martes en el Parlament, víctimas y representantes de las mismas han lamentado que la cámara catalana haya tardado 7 años en constituir este órgano, después de que se conociera públicamente el escándalo del caso Maristas.
La sesión de este martes, la primera con comparecientes, ha contado con los testimonios de los supervivientes Miguel Hurtado, Aurora Martín, Miquel Roqueta y Alejandro Palomas; el representante de la Asociación Manos Pequeñas, Manuel Barbero, y la presidencia de la asociación El Mundo de los ASI y también víctima, Alexandra Membrive, y han participado diputados de PSC, ERC, JxCat, En Comú Podem y la CUP.
Barbero, cuyo hijo fue una de las víctimas de Joaquín Benítez, el ex profesor del colegio Maristas de Sants que fue condenado a casi 22 años de cárcel, ha criticado ante los diputados la opacidad de la congregación religiosa a la hora de abordar el escándalo de pederastia, que afecta presuntamente a varios ex docentes, aunque ha sido este el único condenado hasta la fecha.
"Me he sentido institucionalmente solo", ha denunciado Benítez, que también ha destacado que es importante que las víctimas tengan asegurado el asesoramiento jurídico, independientemente de si son todavía o no menores de edad, así como garantizada una atención continuada.
En declaraciones a EFE tras su comparecencia, el representante de la Asociación Manos Pequeñas ha lamentado que la respuesta que han dado las instituciones catalanas haya sido muy pobre y que llegue tarde, y ha señalado que tiene pocas expectativas ante la falta de competencias del Parlament y de la Generalitat para hacer frente a esta problemática.
"Yo soy reacio con esta comisión, he venido por responsabilidad, como persona que he luchado contra la pederastia, pero dudo que de aquí pueda salir algo positivo más allá de la visibilización que va a tener en los medios de comunicación esta comisión", ha manifestado.
Barbero ha destacado que en otros países del entorno existe la prescripción de este tipo de delitos hasta los casi 50 años, así como la no-prescripción de este tipo de ilícitos penales, y también ha manifestado la necesidad de la prevención a través de una educación afectivo-sexual para que los niños "puedan decir que 'esto no'".
"Cuando llegamos a la detección ya hemos llegado tarde", ha expresado Barbero. En cuanto a Hurtado, que denunció abusos sexuales en la Abadía de Montserrat y que ha sido muy crítico en cómo el monasterio ha gestionado el caso, ha lamentado las trabas a las que muchas víctimas se enfrentan a la hora de denunciar los ilícitos, y ha destacado que es una problemática que afecta al conjunto de la Iglesia, y no solo a unas "manzanas podridas".
Por su parte, Membrive ha propuesto la creación de un observatorio sobre las violencias en la infancia y que se evite la revictimización sobre los supervivientes de abusos a menores. En cuanto a Aurora Martín, que fue víctima de abusos en el ámbito familiar, ha exigido un mejor acompañamiento en atención a la salud mental a las víctimas.
"Hasta ahora, no han tenido ningún tipo de atención psicológica ni psiquiátrica específica, cuando han denunciado o han relatado que han sufrido abusos sexuales en la infancia, se han topado con psiquiatras que los han automedicado, con patologías diferentes que les han asignado", ha manifestado en declaraciones posteriores.