Uno de los objetivos clave para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y dirigirnos hacia un futuro más sostenible, ecológico y verde es el de reducir la contaminación atmosférica en las ciudades. Esto, evitaría además complicaciones en ciertas enfermedades, como el coronavirus, y una vida urbana más saludable.

Precisamente la pandemia de COVID-19 puede servir como un antes y un después a la hora de repensar las ciudades, y así lo proponen la profesora de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología de UNIR, Rebeca Sánchez Vázquez.

El nuevo modelo de ciudad 'post-covid', debería contar con aspectos "fundamentales" como son las energías limpias, la mejora en el transporte público para evitar colapsos en el centro de las ciudades, la creación de más carriles bicis o de más espacios verdes. "Todo para que nuestra vida sea un poco más saludable", afirma la profesora.

Este nuevo modelo conllevaría limitar la circulación de vehículos, potenciar los jardines, crear aceras más amplias y establecer más zonas peatonales, todo ello destinado "para reducir en la medida de lo posible la contaminación en el centro de las ciudades". Lo cierto es que la crisis sanitaria del coronavirus ha puesto en evidencia que "las partículas contaminantes que hay en las ciudades pueden prolongar la vida en la atmósfera de ciertos virus infecciosos".

A esto hay que sumarle el hecho de que la contaminación atmosférica agrava las patologías previas, y puede conducir a complicaciones severas para los ciudadanos de las cuales "deberíamos ser conscientes y tomar remedio cuanto antes", destaca la experta.

Edificios respetuosos con el medio ambiente

En este concepto de nuevas ciudades, la profesora de UNIR aboga por "crear zonas urbanas nuevas que utilicen procesos de fabricación de materiales de construcción sostenibles. Es decir emplear materiales como fibras vegetales, arcillas o piedras que prescinden de la emisión de sustancias contaminantes como el dióxido de carbono y que protegen, reservan y respetan el medio ambiente".

Son los denominados 'Edificios de Energía Casi Nula' (EECN) que aprovechan las fuentes renovables, reducen la emisión de gases contaminantes y son respetuosos con el medio ambiente en todas las etapas: Diseño, construcción, mantenimiento, rehabilitación, demolición e incluso reciclaje.

Estos aspectos, no obstante, pueden ponerse en marcha en edificios actuales. Para ello, la experta de UNIR explica que es necesario que los edificios cuenten con una buena ventilación "porque se ha demostrado que una de las principales rutas predominantes de la transmisión del virus es por los aerosoles que se generan al respirar y hablar y es muy importante la ventilación de los espacios cerrados".

Los sistemas actuales de climatización de los edificios "recurren a circuitos de recirculación del aire que pueden incrementar la propagación del Covid". Frente a ello, "la idea seria intentar maximizar la ventilación de esos edificios, manteniendo una temperatura agradable pero con un consumo que no sea excesivo de energía". En concreto, ha explicado, "se debería pensar en sistemas de ventilación como la natural periódica".

Más luz y más espacios abiertos

También es fundamental "mejorar nuestras zonas verdes, los parques y aquellos lugares donde pasamos tiempo en el exterior". "El confinamiento ha dejado patente que la falta de luz ha afectado mucho a la población, sobre todo en la vitamina D y en el ánimo de las personas, entonces es fundamental que las ciudades potencien esos espacios verdes para poder disfrutar de calidad del aire y de luz", explica la experta.

Entre algunos aspectos a tener en cuenta, Sánchez aboga porque las nuevas construcciones apuesten por la separación entre los edificios y que estos no sean de mucha altura. También hay que intentar que los edificios tengan una orientación para la luz directa en las viviendas y que éstas cuenten con grandes ventanales y terrazas.