Un monje japonés ha demandado al templo budista en el que vivía por exceso de trabajo, una situación que le obligó a pedir la baja por depresión.

El religioso, de 40 años y empleado en uno de los templos de Koyasan, meca del budismo en Japón, reclama una compensación de 8,6 millones de yenes (66.000 euros) por los daños ocasionados y las pagas no percibidas.

El monje, que comenzó a trabajar en el templo en 2008, iniciaba su jornada laboral a las cinco de la mañana para atender a las personas que se hospedaban en el lugar y a los visitantes que acudían a rezar y terminaba bien entrada la noche, según detalla la denuncia presentada.

El religioso, que sufrió una depresión en 2015 que le llevó a pedir una baja un año después, llegó incluso a permanecer un mes sin tener un sólo día libre.

Unos 50 de los 117 templos que existen en el Monte Koya hospedan a turistas y personas interesados en el budismo, cuya cifra se ha multiplicado desde 2015 en el marco del 1.200 aniversario de la fundación de su templo principal, Kongobuji.

Durante ese año, el religioso habría trabajado 64 días consecutivos entre los meses de marzo y mayo y 32 entre septiembre y octubre. Según explicó el abogado del monje, su objetivo es arrojar luz sobre la gran carga de trabajo que sufren los encargados de gestionar los templos.