El monasterio de Montserrat niega la acusación de encubrimiento de los abusos sexuales que habría sufrido un antiguo miembro del grupo escultista de la abadía en 1998. Además, el monasterio de Montserrat ha resaltado que fue la propia víctima y su familia quienes decidieron en su día no presentar una denuncia por estos hechos.

Este antiguo 'scout' Miguel Ángel Hurtado acusó públicamente a dos abades del monasterio de Montserrat de ocultar durante 20 años los abusos que habría sufrido del padre Andreu Soler, quien fundó el movimiento escultista de la abadía y que fue su responsable durante 40 años.

Hurtado ya hizo público en 2016 que sufrió abusos sexuales por parte de un sacerdote cuanto tenía 16 años y promovió entonces una petición al Congreso, que reunió más de 300.000 firmas, para que estos delitos no prescriban, aunque hasta ahora no había revelado dónde y quién había abusado de él.

Miguel Ángel Hurtado desveló que, como miembro del "servicio de orden" del monasterio, pernoctaba una vez al mes en la abadía, y que fue en su habitación donde se produjeron los tocamientos del monje en diversas ocasiones.

Según la versión de Hurtado, tanto el antiguo abad de Montserrat Sebastià Bardolet como el actual, Josep Maria Soler, conocieron desde 1999 la denuncia de los abusos y no tomaron ninguna medida, aunque admite que Soler se reunió varias veces con él y que el monasterio le pagó 7.200 euros para que sufragara una terapia psicológica, después de que él lo pidiera explícitamente en una carta.

Pese a ello, en opinión de Hurtado la comunidad de Montserrat optó por "el total secretismo y el oscurantismo en la gestión del caso", ya que el dinero se le dio en sobres en billetes de 500 para no dejar rastro, y asegura que, para él, "lo más doloroso no fueron los abusos, fue el encubrimiento".

El caso de Miguel Ángel se destapó en 2016, cuando inició una campaña solicitando que los abusos sexuales a menores no prescribieran. Ya tiene ya el apoyo de casi 500.000 personas. Con esta desvelación espera que el Gobierno sea más ambicioso en la tramitación de la nueva Ley contra la violencia infantil. "España tiene que estar a la vanguardia de la protección de la infancia", afirma.