Saben que no han ganado la batalla completa, pero celebran esta pequeña victoria. José Antonio ya no tendrá que entrar en la prisión de Albolote.

La Audiencia de Granada le ha concedido el aplazamiento que solicitó hasta que se resuelva su petición de indulto. En 2010, unos vecinos lo denunciaron por exceso de ruido en su cafetería.

Tres años más tarde, José Antonio era condenado a dos años y tres meses de prisión por un delito contra el medio ambiente y dos delitos de lesiones. Un sentencia que consideran desproporcionada e injusta.

José Antonio cuenta con el apoyo de todo su pueblo. Los vecinos que interpusieron la denuncia ya no viven en el edificio y los nuevos inquilinos no tienen ninguna queja.

Toñi se resigna a ver a su hijo entre rejas y por eso, asegura, la lucha no ha terminado. Tras agotar todos los recursos en los tribunales, ahora la única esperanza que les queda es que el Gobierno le conceda el ansiado indulto.