Frania ha estado muchos años trabajando fuera de su país en hostelería o de interna mientras su hija mayor se criaba con su abuela y ahora estudia para estar más presente en su crianza. Sandra es madre soltera y hasta ahora pasaba tardes y noches cosiendo sin poder jugar con su hijo. Cuando nació el segundo hijo de Yoli, decidió que quería "conciliar de verdad". El trabajo intenso en la hostelería impidió a Jeni pasar el primer verano con su hija, así que estudia para abrir su tienda en Amazon y distribuir su tiempo como quiera. Clara pudo hacer ese cambio laboral antes de enfrentarse a la conciliación así que ha disfrutado de su hijo sin la ansiedad de no estar presente.

Y así podríamos seguir hasta el infinito. Tantas mujeres, tantas historias diferentes sobre cómo enfrentarse a ese animal mitológico que es la conciliación familiar. Pero estos cinco ejemplos tienen algo en común y es que son o quieren ser "mamis digitales" que quieren hacer compatible eso de trabajar y estar más tiempo con sus hijos. Y lo hacen especializándose en profesiones digitales que les permitan teletrabajar: son gestoras de redes sociales, asistentes virtuales, creadoras de contenidos (copywriters) o tienen una empresa en internet

Mamis digitales es una startup de formación y asesoramiento que ha ayudado a 4.000 mujeres (y algunos hombres) desde 2016 a "reinventarse para trabajar desde el móvil", según explica Franc Carreras, experto en marketing y cofundador de esta plataforma.

Un proyecto que nació después de que él mismo y Bille Sastre, también cofundadora, vivieran cómo la falta de conciliación obliga a elegir entre la vida laboral y el tiempo con sus hijos. Empezaron enseñando a las "mamis digitales" a ser commmunity manager (o gestoras de redes sociales), y después han sumado formación en comercio electrónico. Ambos trabajos que, aseguran, pueden hacerse "perfectamente desde casa".

Carreras es un defensor acérrimo del teletrabajo: "Las empresas no se han enterado, siguen pidiendo a la gente que esté encerrada en la oficina", cuenta a laSexta desde el encuentran anual que han organizado en Madrid. A él han asistido este viernes 250 mujeres que forman parte de esta comunidad y que han podido aprender en conferencias e intercambiar experiencias, aunque ellas usan el término en inglés de networking.

Joanna es una de esas mamis que quiere un cambio en su vida. Es ingeniera y trabaja en una empresa de obras públicas que no parece por la labor de aceptar cierta flexibilidad que permita la conciliación: "Si tengo que pedir permiso porque se ponen malos me ponen pegas", afirma sobre su trabajo, que asegura que se pude hacer "perfectamente" en remoto, pero que volvió a ser presencial tras la pandemia.

Para iniciar el cambio hacia una profesión se ha sumados a Mamis Digitales, con un objetivo claro: "Solo quiero no tener que ir corriendo a todos lados". Y eso teniendo en cuenta que se ha reducido la jornada, una opción que siguen haciendo más las mujeres: el 93% de las reducciones de jornada para el cuidado de hijos siguen siendo para ellas. Y esto repercute en los ingresos de estas mujeres: "Hay una brecha salarial desde el nacimiento del primer hijo", afirma Carreras.

Angelie Marín, otra "mami digital", tenía también claro que no quería trabajo presencial. Venía de trabajar en comercio, lo que suponía horarios poco compatibles con tres hijos. Ahora es community manager y ha cumplido su objetivo de tener un "desarrollo profesional" pero haciendo algo más fácil la vida familiar.

Los horarios infinitos de la hostelería

Este cambio de vida no se da solo en oficinas que no permiten el teletrabajo, sino también en otros empleos con horarios infernales. Cuando nació su segundo hijo, Yoli Tortosa, que trabajaba en hostelería, decidió que "necesitaba un trabajo en el que pudiera conciliar de verdad". Hoy se ha traído a su hijo de nueve meses al encuentro de Mamis Digitales, con el que quiere seguir alargando su lactancia materna mediante el trabajo a distancia.

Misma situación la de Frania Pantoja, que ha trabajado como interna cuidando personas mayores, o en hostelería. Todo mientras su hija mayor estaba con su abuela en su país de origen. Se veían por video llamada. Cuando la pequeña vino a España, no cambió mucho la situación, porque tanto su padre como su madre trabajan muchas horas: "Yo quería pasar tiempo con ellos", dice Estrella de 12 años, que reconoce que se encontraba "triste" y "enfadada" y llegó a flaquear en los estudios. Su madre quiere pasarse ahora a la asistencia virtual para poder trabajar online y decidir ella misma su horario.

En el caso de Sandra, madre soltera, su hijo revela también cómo los niños acusan la falta de sus padres. Ella trabajaba en casa, cosiendo, pero demasiadas horas: "Todas las tardes y todas las noches estaba trabajando y no podía jugar con ella", explica el pequeño Carlos, de 10 años. Ahora abraza la esperanza de que un empleo digital le permita dedicar más tiempo a su hijo con unos ingresos dignos. En la formación que se ofrece en esta comunidad de madres hay mucho espacio también para aprender a negociar y a valorarse: "Una mitad es enseñarles la profesión y la otra es enseñarles que pueden", concluye Carreras.

No todo es un camino de flores, claro, porque esta formación tiene un coste y no siempre todo el mundo puede permitirse dar ese salto. También hace falta el apoyo de la pareja, como es el caso de Jeni Vélez, que vive en Mallorca y que quiere pasar de la hostelería a abrir una tienda en Amazon con su pareja y poder pasar más tiempo con su hija de un año: "El año pasado me perdí todo el verano de ella, cuando empezó a gatear y no quiero que me vuelvo a pasar", afirma.

Lo decidió tras conocer la experiencia de una amiga, que había emprendido también y con quien está haciendo unos primeros pinitos que le permiten más flexibilidad: "La llevo a la guarde, tengo más tiempo y la recojo y dedico toda la tarde a ella". Lejos de verlo como un riesgo, cree que "hay que tirarse a la piscina". Piscina a la que se tuvo que tirar también Meritxel, a quien despidieron a su vuelta de la baja de maternidad.

Cada una con su experiencia, esta legión de madres no quiere renunciar a estar conformes un trabajo y han decidido cambiar su vida. Y eso que, a partir de las palabras del fundador de Mamis Digitales, las empresas están dejando escapar mucho talento: "Las madres son el grupo social más infravalorado por el mercado: la madre es productiva, responsable, lo único que pide es flexibilidad. Cuando eres responsable con seres humanos, eres más responsable en el trabajo", remata.