Nos hemos propuesto conseguir una cita previa en la web de Extranjería para obtener el permiso de residencia por arraigo, uno de los más solicitados. "En este momento no hay citas disponibles", es el mensaje que se repite y sin fecha de nuevas publicaciones.

"Me metía al sistema todos los días", confiesa una migrante que ha comprado una cita para Extranjería. La residencia se le caducaba a esta mujer que no tuvo otra opción que acudir al mercado negro de citas previas. "Pagué 60 euros y me consiguieron una cita que debía ser gratuita", explica.

Otra migrante confiesa que a ella le ha salido aún más cara: "Pagué 250 euros y la semana que siguiente me sacó la cita". Son extranjeros que la necesitan urgente para tramitar permisos de trabajo, reagrupación familiar o incluso la inscripción de recién nacidos.

Cuando Extranjería habilita citas en su web se agotan en menos de cinco minutos. "Sentimos angustia y desesperación, hay cero garantías para los extranjeros y estamos en vilo siempre", confiesa una de las migrantes. Y la necesidad abre camino a este mercado negro.

Locutorios, gestores y abogados hacen caja por dar una hora con la administración. Hablamos con ellos con una cámara oculta. De locutorio en locutorio vemos cómo nos hablan con naturalidad de coger citas pagando, hablan de contactar con abogadas o derivan el trabajo asegurando que "el chico de las citas viene a las cinco".

Un servicio ilegal que también se ofrece en Wallapop. Esta es la conversación real con un usuario de la aplicación: "Una vez que la cita este confirmada, pues me haces el ingreso, serian 40 euros". Los extranjeros que esperan hace tres, cuatro o cinco meses, obtienen en pocas horas. Hasta en la puerta de extranjería se ofrecen citas con abogados.

Son personas que están ocho o nueve horas al día frente al ordenador actualizando la web y esperando que devuelvan una cita. "Que se lucren no es legal porque no pueden vender algo que es gratuito", explica Marcelo Belgrano, del servicio de Extranjería del Colegio de Abofados de Madrid.

La Delegación de Gobierno de Madrid confirma a laSexta que la falta de personal no permite dar más citas y responsabilizan a estas organizaciones de reventa de colapsar la página. "La administración no asume su responsabilidad ante los ciudadanos extranjeros, han reducido personal y ha cerrado oficinas", defiende Roberto Borda, de la Asociación Apoy.

Este proceso es como quien revende una entrada de un partido de fútbol, pero en la administración pública. Bajo el lema "Sin citas no hay derechos" se ha producido la primera marcha frente a Extranjería para denunciar el bloqueo de citaciones, que no será la última porque ellos quieren que se acabe este negocio clandestino.