El sargento Jorge estuvo nueve horas peinando el monte hasta que encontró a Emma. "Estaba en el suelo hecha un ovillo y un poco enganchada a una zarza", cuenta el agente del GREIM de Ávilla. Estaba acurrucada y caliente por haber estado protegida por Kie.
Kie es un podenco negro que no se separó de su lado las nueve horas que estuvo perdida. Un compañero de Jorge la cogió en brazos. La abrigaron, la tranquilizaron, y rápidamente la llevaron con su madre.
"Nos dijo: he llamado a papá y a mamá pero no me respondían". Ya con sus padres, se hicieron una bonita foto con algunas de las 500 personas que participaron en la búsqueda.
Los servicios de rescate siguieron tres pistas: el testimonio de una vecina, que dijo haberla escuchado; la huella de un zapato de su tamaño que hallaron cerca de donde estaba Emma; y la pista que siguió otro perro que participaba en la búsqueda. Ladró y fue respondido por el podenco que protegía a la menor.