'Las Kellys', camareras de piso y hoteles, piden un protocolo antiacoso después de sufrir múltiples episodios. Uno de los últimos casos de acoso ocurrió en un hotel de Lanzarote, donde, según la sentencia que condena al cliente por abusos sexuales, un turista ofreció 59 euros a la camarera de piso por mantener relaciones sexuales.

La trabajadora se negó, y él cerró la puerta del aseo impidiéndola salir. Finalmente, pudo escapar y lo denunció. El hombre ha sido condenado a una pena de seis meses de multa a razón de 12 euros al día y a no acercarse a la limpiadora: ni a su domicilio, ni a su lugar de trabajo.

Pero este último no es el único caso de acoso que denuncian 'Las Kellys'. María del Mar cuenta que también lo vivió: "En pelotas me dijo que si me quedaba a pasar la noche con él me pagaba bien". Aunque en su caso, pudo abandonar la habitación. "Me fui y cuando salí me temblaban hasta las rodillas", ha explicado.

Se trata de un acoso que no es nuevo. Hace 15 años Remedios ya lo sufrió, cuando fue "a hacer la cama" y el cliente "tiró un fajo de billetes": "Me señaló la cama para que me metiese yo".

Además de denunciar sus malas condiciones laborales, 'Las Kellys' protestan por las situaciones de acoso que, dicen, sufren frecuentemente. Por eso, piden medidas para tener más seguridad, como un botón del pánico, limpiar las habitaciones de dos en dos, o no limpiar cuando haya clientes dentro.