Retirar los espejos de su casa, o no permitirle entrar en la cocina son medidas que Carmela Acero ha tomado para ayudar en el tratamiento de su hija: "La alimentación es la punta del iceberg de otros muchos problemas".

Marina lleva seis meses en un hospital de día de nueve de la mañana a tres de la tarde, el seguro escolar se hace cargo de pagar este centro concertado, unos 1.800 euros al mes, pero sólo hasta un máximo de dos años: "La gran mayoría de la gente no puede afrontar estos gastos entonces se quedan en la calle las niñas o los niños" denuncia Carmela.

Marta estuvo ingresada en un hospital público y acudió al hospital de día tres semanas, luego la cita denuncia su madre era mensual: "Iba una vez al mes a ver qué tal iba". Por eso ingresó en un centro concertado hace ya un año y medio: "La Seguridad Social lo que oferta no es suficiente".

Los trastornos alimentarios según los expertos son enfermedades de larga duración que exige un tratamiento multidisciplinar: "Si me voy de aquí aguantaría un mes". "Dos años no suelen ser suficientes porque son patologías complicadas en los que el cuerpo y la comida son solamente síntomas que son muy complicados pero que están tapando síntomas de personalidad" asegura Aitana Ferrer, coordinadora del hospital de día ADALMED.

Las familias piden que se tomen medidas para no dejar los tratamientos a medias. Desde las asociaciones denuncian que no hay suficientes unidades especializadas en los hospitales públicos y largas listas de espera: "No puedes tener a una persona que tiene anorexia tres meses sin una consulta psicológica". Aseguran que no pararán hasta conseguir el tratamiento que sus hijas e hijos necesitan.