La histórica gota fría de este mes de abril en la Comunidad Valenciana empieza a perder fuerza, pero sigue causando estragos. "Tenemos muchas ganas de ver el sol", dice una viandante. "Estamos viviendo mucho frío, viento, y tormentas de arena".

En la playa de la Malvarrosa, el viento ha arrastrado la arena hasta el paseo marítimo, donde apenas podían verse las baldosas del suelo. Una mujer que estaba por el lugar nos cuenta: "Me había traído hasta el bikini, pero no me puedo bañar".

Los Bomberos retiraban algunos árboles caídos y varios parques están cerrados por peligro de caída de ramas. El viento ha arrancado también una de las banderas del puerto de Valencia, que a pesar de las fuertes rachas, ha reabierto.

El viento en el interior de Cataluña también resulta un problema, y las costas de Barcelona y Tarragona se encuentran en alerta.

"El viento no nos deja trabajar", dice una camarera. Las terrazas en la Barceloneta están vacías y en la playa, avisos por mala mar, aunque no disgustaban a todo el mundo. "A mí me gusta ver las olas", dice una mujer.

El temporal que azota el este de la Península también provocó problemas en el transporte público; miles de pasajeros atrapados en los trenes del corredor mediterráneo. Hasta medio centenar se vieron afectados por una avería eléctrica en una de las catenarias.

Sin embargo, en el norte hay una imagen bien diferente. En la playa de Bao, en Vigo, lo que preocupaba era quemarse del sol, ya que han rozado los 25 grados. La foto del mar revuelto en el Mediterráneo contrastaba con la del Cantábrico.

"Aunque siempre se habla mal de aquí, alguna vez nos tenía que tocar", comenta una mujer que anda por el paseo.

En Laredo, con 16 grados, el día sí invitaba a pasear por la playa. "Dan un poco de lluvia pero hay que aprovechar mientras se pueda", asegura un hombre.

Hay que hacerlo, porque un nuevo frente amenaza con cambiar la situación.