Comenzaron a detectar sus primeros olvidos cuando Ana tenía tan solo 39 años. José Luis Fernández, su marido, cuenta que, entre esos olvidos está el "no saber ni coger el coche o ni coger un huevo de la nevera". "Ana ha dejado de ser Ana. No sabe quién es realmente. Ha perdido la esencia de la persona", lamenta. Y es que Ana padece Alzheimer genético, una mutación que provoca que la enfermedad aparezca a una edad más temprana de lo habitual.

"A veces puede empezar con un perfil cognitivo con pérdida de memoria similar, pero a veces puede aparecer con trastornos de la marcha, incluso con crisis epiléptica, con trastornos de conducta. Y eso dificulta el diagnóstico porque entre que no es la edad y encima el perfil clínico es distinto, pueden pasar meses y años hasta que se llegue a un diagnóstico", explica David Pérez, jefe del servicio de Neurología del Hospital 12 de Octubre.

El suyo llegó a los 42. "Ella desde los 20 años ya me comentaba que probablemente tuviera Alzheimer. Ella genéticamente lo tiene por su línea paterna", dice José Luis Fernández. Y ahí está el problema: el Alzheimer genético es hereditario.

David Pérez, jefe del servicio de Neurología del Hospital 12 de Octubre, indica que "hay un 50% de posibilidades de que uno de los hijos tengan la enfermedad". "Pero cuando tú tienes la mutación, si te toca, prácticamente el 100% la va a desarrollar", asegura.

Por eso, este matrimonio teme al futuro de sus dos hijas de 11 años y del mayor, de 14. "Cuando le agobio con los deberes como todo padre, pues me dice: 'Si a lo mejor no me va a hacer falta'. Y ante eso, no hay respuesta", manifiesta José Luis Fernández.

El hombre, que no se separa de Ana las 24 horas del día, lucha para que el Ministerio de Sanidad realice pruebas diagnósticas más precoces a personas con antecedentes familiares. "La lucha que llevamos es para las generaciones venideras. Las nuestras están condenadas", afirma.

A la espera de una posible modificación genética, existen otras técnicas para evitar la transmisión de padres a hijos.

"Podemos seleccionar aquellos gametos que no tengan la mutación y hacer la fecundación 'in vitro' con descendientes sanos", señala el jefe del servicio de Neurología del Hospital 12 de Octubre Solo así se podría evitar que el número de casos de afectaros por Alzheimer genético siga en aumento.