David Serrano, dueño de la finca de Totalán, Málaga, en la que el pequeño Julen Roselló murió tras caer por un pozo ilegal, aseguró ante el juez que "en el mismo momento en que la zanja se hace" tapó el pozo.
Así lo afirmó ante la jueza que analiza los instantes previos a la caída de Julen por el agujero. "Vinimos para hacer una comida en el campo. Subimos al campo. Yo dije que me iba a encargar de hacer el fuego y ellos se iban a quedar a cargo de los niños", relata Serrano.
Cuando tuvo lugar la tragedia, el dueño del terreno afirmó que fue "corriendo a donde ellos se encontraban chillando", y continuó: "Se había desplazado uno de los cantillos de hormigón con los que yo había puesto para proteger ese boquete y el niño se había oscurrido por ahí".
A la pregunta de por qué no estaba entonces tapado dicho pozo, Serrano relató que él los quitó, pero añade: "El día de la comida lo vuelvo a poner, nada más que me bajo del coche". Finalmente, cuando se expone la duda de cómo el menor se deslizó por el agujero si este estaba tapado con piedras muy pesadas, se limitó a responder: "Llevo buscando esa explicación un mes y pico y no...".
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