Según un estudio de la Universitat Jaume I, el 88% de los jóvenes de entre 13 y 18 años se han visto expuestos a pornografía sin ni siquiera buscarla. Dentro de este porcentaje, un 60% se ha encontrado con este tipo de contenidos simplemente navegando por Internet y un 45% pinchando en un pop-up o anuncio. Estos banner los encuentran, según otra investigación, mientras juegan a videojuegos on-line, ven películas o series en línea.

En laSexta hablamos con dos jóvenes afectados, de 24 y 17 años, que nos cuentan que desde bien pequeños han tenido acceso a un smartphone y a contenido pornográfico... sin haberlo buscado conscientemente.

"Cuando entras a videojuegos, películas piratas... Hoy en día el porno lo puedes encontrar en muchas redes sociales ya como anuncios", señala uno de ellos. El otro adolescente, menor de edad, afirma que "por grupos de Whatsapp, con los stikers... te puede llegar de todo. O en grupos de Telegram te puedes encontrar tías en pelotas". Su compañero, de 24, indica que en varias páginas de Internet, que no tienen nada que ver con la pornografía, te salen directamente anuncios en los que salen "hablar con chicas". Y siempre, antes de entrar, dicen estos jóvenes que "te aparece la pregunta de si tienes 18 años, pero es simplemente darle un botón. El que dicta la edad que tienes en Internet eres tú".

La única forma de cortar estas dinámicas, según los expertos, es a través de la ley. "La única solución que hay para el acceso a la pornografía es a través de leyes estatales que obliguen a las tecnológicas a poner barreras. En otros países europeos lo han conseguido", subraya Marc Masip, experto en adicción a tecnologías y director del Centro Desconect@.

Selva Orejón, experta en ciberseguridad, señala que el problema no es de los creadores de videojuegos si no de virus o de un mal uso de nuestro teléfono. "Si no tenemos la configuración de seguridad y de privacidad bien realizada, nos empieza a aparecer este tipo de informaciones", destaca.

Por eso, recomiendan que los controles parentales sean más estrictos y el acceso a los teléfonos móviles no tan temprano.