Impotencia, dolor y frustración es lo que sienten las dos parejas españolas que han tenido que entregar a sus hijos en Etiopía después de cuatro meses de convivencia. Sonia, una de las madres, afirma que se encuentran "mal, esperando que en cualquier momento se despierten o tengan que darles de comer. Jerónimo, uno de los padres, sostiene que están "muy tocados". 

Llegaron a Etiopía convencidos de que volverían con sus hijos que habían adoptado legalmente, pero una presunta falsificación de una firma y un problema de competencias entre la región sur y el Gobierno central etíope han paralizado las gestiones. Los niños ya han sido devueltos a un orfanato.

Jerónimo afirma que los menores "no entienden lo que ocurre" y añade que están "acostumbrados a jugar y a desayunar con nosotros". Por su parte, Sonia declara: "Yo al mio le dije que se olvide de mi, que no sufra y que ya sufrimos nosotros".

Cansados, pero no derrotados, van a volver a la carga con una nueva comparecencia ante el juez. Dicen que el proceso todavía será largo. Sin embargo, ahora se sienten menos solos. El ministro de Asuntos Exteriores ha dado un paso al frente y les ha asegurado que se encargará del asunto personalmente. Aunque, para ellos, llega demasiado tarde.

Desde la embajada auguran que el proceso podría tener un mal final. La burocracia se ha complicado demasiado. Los visados de estas dos parejas caducan a finales de septiembre y hasta entonces, seguirán peleando para recuperar a sus hijos.