Cinco familias huérfanas de hija, hermana, sobrina o nieta que esperan que 2016 sea el año en el que, por fin, se haga justicia. "Llega un nuevo año y será el año de la Justicia", ha escrito la hermana de Cristina Arce en Twitter, donde bajo el hastag #TodosALaCárcel arremete contra los acusados y desea "que lo pasen fatal en el banquillo y que para el verano terminen de vacaciones en Soto del Real".

La hermana de Arce comparte con su madre, Isabel de la Fuente, el sueño de formar una fundación con el nombre de Cristina Arce para promover una juventud y un ocio seguros y que nadie tenga que volver a pasar por lo que han tenido que pasar ellas.

Isabel está convencida de que su hija "no tendría por qué estar muerta si todos hubieran hecho bien su trabajo" y manifiesta que tanto el Ayuntamiento de Madrid, la empresa municipal Madridec como la empresa Seguriber, la Policía Municipal y el promotor Miguel Ángel Flores tiene su parte alícuota de culpa.

"La avaricia de unos y la dejación de funciones de otros provocó cinco muertes que nunca tendrían que haberse producido", lamenta. Pese a que considera que las penas que ha pedido la Fiscalía (cuatro años de cárcel para Flores, dos y medio para los dos médicos y tres para los otros trece acusados) son "un insulto y una ridiculez", confía en que los magistrados de la Audiencia Provincial de Madrid se atengan a las peticiones que han pedido las cinco acusaciones particulares de cada familia que solicitan cuatro años por cada una de las muertes.

"Si no nos convence la sentencia, recurriremos", asegura De la Fuente, quien en estos tres años no ha cesado en su lucha contra la impunidad de lo ocurrido y porque se cumplan las leyes y "los promotores de este tipo de fiestas no hagan negocio a costa de la vida de sus clientes".

A través de Change.org, y tras recopilar más de 428.734 firmas, consiguió que se reformara la ley de Espectáculos Públicos de Madrid y ahora promueve que cierren el Madrid Arena hasta que no cumpla con las medidas de seguridad adecuadas y obtenga la licencia, "sigue siendo una trampa mortal", asevera.

Lejos del activismo que profesa la familia de Arce, otras familias, como la de Belén Langdon, la única menor de las cinco fallecidas, se han refugiado en su gran fe en Dios para afrontar lo ocurrido.

Borja Langdon, hermano de Belén y sacerdote, escribía en su blog en el último aniversario de la tragedia: "A pesar de la tristeza de perder a un ser querido, uno descubre que de todo ese dolor, de todo ese sufrimiento, de todo ese mal, Dios saca bienes mayores".

Los padres de María Teresa Alonso, Fernando y Pilar, también rezaron e imploraron al cielo durante las decenas de días que duró la agonía de su hija en la UCI de la Fundación Jiménez Díaz. Un mes después de aquel 31 de octubre de 2012, Teresa fallecía a causa de lesiones cerebrales severas provocadas por la avalancha que se produjo en la macrofiesta.

Por su parte, el padre de Katia Esteban, Ángel María Esteban Sanz, ex concejal socialista de Durango, mostraba en las redes sociales el pasado día de Navidad su nostalgia por la ausencia de su hija: "Falta una copa en la mesa y sobra un alma en el cielo", escribía.

Rocío Oña, vecina de Alameda de Osuna y amiga de Cristina, aún tiene su cuenta de Twitter abierta, donde se puede leer el último mensaje que escribió en el que, emocionada, decía que quedaban apenas unas pocas horas para ver a uno de sus dj's favoritos, el estadounidense Steve Aoki que pinchaba esa noche en el Madrid Arena.

Cómo iba a imaginar para lo que realmente quedaban horas era para un funesto final, que a partir del próximo martes la justicia tratará de esclarecer.