El sistema que utilizaban los presuntos narcotraficantes consistía en inyectar espuma de poliuretano en garrafas de plástico para ocultar el hachís, asilar la droga y facilitar de esta manera la flotabilidad. De hecho, el estupefaciente fue hallado en una cala de difícil acceso en Villaricos, Cuevas del Almanzora, en Almería.
La operación se inició como resultado de los constantes controles que realiza la Guardia Civil en la lucha contra el narcotráfico. El hachís fue localizado por agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) cuando inspeccionaron una pequeña cala de difícil acceso por tierra.
Cuando los agentes se aproximaron a la cala en una embarcación auxiliar, observaron en la orilla unos bultos que flotaban, resultando ser un total de 29 bidones de plástico, de una capacidad de unos 30 litros cada uno, unidos todos por un cabo.
Al inspeccionar el contenido de los bidones la Guardia Civil pudo comprobar que iban cargados de pastillas de hachís, y que habían inyectado espuma de poliuretano con el fin de darle mayor protección a la mercancía.
Tras el hallazgo, los agentes realizaron una minuciosa inspección en los alrededores de la cala, donde localizaron un pequeño motor eléctrico, una embarcación inflable, material de buceo y varios objetos.
Tras las investigaciones, se localizó y detuvo a los presuntos implicados, todos vecinos de Almería. A dos de ellos se les acusa de un delito contra la salud pública y al tercero le consta una requisitoria en vigor.
Con la inyección del poliuretano los narcotraficantes consiguen, por una parte, proteger y aislar la mercancía de fenómenos externos, normalmente agua salada, y por otra, aumentar la flotabilidad del bidón, contrarrestando el peso del hachís, ya que la espuma alcanza completamente los huecos naturales que dejan las pastillas de hachís entre sí.
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