Ernest Quintana, un hombre de 78 años, estaba hospitalizado en el Centro Médico Kaiser Permanente de Fremont, California, cuando un robot le informó de que iba a morir.

"No era la manera de mostrar valor y compasión a un paciente", criticaba una amiga de la familia en la red social 'Facebook' después de que un robot con una pantalla hubiera explicado al paciente que sus pulmones no funcionaban y que la opción era "quitar la máquina de oxígeno y ponerle un goteo de morfina hasta que muriese".

El paciente murió al día siguiente de recibir la noticia. La familia de Ernest ha considerado "una atrocidad de cómo el cuidado médico y la tecnología se están fusionando". "¿Tecnología en su máxima expresión? ¡Si hubiera estado allí, le hubiera dicho que se diera la vuelta para sacar su culo y enviar a un humano!", ha reclamado la amiga de la familia que ha hecho público el caso.

La nieta de Ernest Quintana se encontraba con él cuando recibió la noticia que un médico le transmitió a través de un robot: "Obtuve estos resultados de Imagen por Resonancia Magnética (IRM) y no quedan pulmones, no hay nada con lo que podamos trabajar", dijo el doctor sentado en una silla de un despacho: "En ese momento me desesperé por dentro intentando no llorar, no gritar porque éramos solo yo y él", añadió la joven mientras declaraba cómo fueron los hechos a la 'BBC'.

La esposa del paciente se quejó de las formas en las que su marido había recibido la dura noticia, y según ha declarado la nieta, le dijeron que "así es como hacen las cosas" allí.

La vicepresidenta del centro médico ha asegurado que se trató de un seguimiento ante las visitas anteriores de los médicos, ya que la política del centro es que una enfermera acuda a la habitación cuando se hacen consultas externas al seguimiento. Además, añadió: "Entendemos lo importante que es esto para todos los involucrados, y lamentamos que no hayamos alcanzado las expectativas de la familia".