Matthew Parkes es un británico de 38 años con las dos piernas apuntadas por debajo de la rodilla y ha denunciado en el periódico británico Manchester Evening News el trato recibido por la aerolínea Ryanair en el aeropuerto de Málaga cuando se disponía a regresar de sus vacaciones.
Según el pasajero, el personal de la compañía le dijo que no podía desplazarse con su silla de ruedas y que debía "arrastarse" por dos rampas, una de escaleras y la pista de despegue, hasta llegar al avión que le llevaría a Manchester.
Parkes se negó a hacerlo y el personal del avión le llevo en una camilla hasta el avión y a la vista del resto de los pasajeros. "Me hicieron sentir como un ciudadano de segunda clase", ha declarado el afectado en un medio británico.
Pero desde la aerolínea aseguran que dicha información es falsa y apuntan que el discapacitado recibió la asistencia habitual que tienen las personas con movilidad reducida.
"Ryanair me hizo sentir humillado y como que no le importaba", dice Parkes, a quien hubo que amputar parcialmente ambas piernas tras una sepsis, cuando estaba de vacaciones hace un año en Mallorca. El de Málaga era su primer viaje desde que usa silla de ruedas y prótesis.