Verónica, Agustín y Rafael son los protagonistas de una insólita orla que no ha tardado en circular por las redes: solo aparecen sus fotos junto a las de sus profesores, pues son los tres únicos estudiantes de su promoción que han logrado graduarse este año del Grado en Ingeniería de Computadores de la Universidad de Málaga, considerada ya por muchos 'la carrera más difícil de España'.

"Ha habido gente que ha dicho que la orla es un montaje pero es real", cuenta Verónica Vigaray a laSexta, explicando que a lo largo de la carrera algunos de sus compañeros se han cambiado de titulación o han dejado los estudios para empezar a trabajar.

Por su parte, aunque ella inicialmente pensó en estudiar Criminología, al final se decantó por esta ingeniería "muy específica". "Siempre me han llamado la atención las nuevas tecnologías y sobre todo ayudar a las personas", explica.

"Sabía que era complicada, pero nunca me imaginé que tanto", confiesa Verónica, la única mujer en su clase cuando comenzó este grado.

"El primer año me encontré con asignaturas de cálculo, álgebra, programación, que era la primera vez que veía y dije 'madre mía, dónde me he metido'", admite, "pero con muchísimo esfuerzo y constancia todo lo que uno se propone se logra".

La joven ingeniera admite que hubo momentos en los que se planteó abandonar. "He querido tirar la toalla, he tenido momentos de bajón, he llorado... pero mi madre siempre ha tirado de mí", recuerda. Sin embargo, echando la vista atrás, no se arrepiente de su decisión: "Igual me lo pensaría un poquillo", admite,"pero volvería otra vez sin duda".

Por su parte, Rafael Hormigo es toda una rareza en un grado tan complicado: tiene 22 años y ha logrado sacar la carrera año por año, en tan solo cuatro.

Tenía claro que quería estudiar algo relacionado con las nuevas tecnologías desde que llegó a Bachillerato y defiende que "no es tan complicado como se ve, lo que necesita es trabajo". "Tienes que saber a lo que vas y se puede sacar sin problema", asegura.

"Empecé con muchísimos compañeros, éramos 109 en algunas asignaturas, y al final quedan 15 o 10 personas dependiendo de la clase", recuerda, "en primero había asignaturas más complicadas, como Cálculo, que éramos dos personas".

La ya célebre orla le ha sorprendido, dice, porque esperaba a más compañeros. "Dijeron que iban a entrar con nosotros pero al final les faltaban asignaturas y lo han dejado para el año que viene", cuenta Rafael.